La Anosognosia se define como la falta de consciencia de los déficits (físicos, cognitivos o a nivel conductual) que tiene la persona que ha sufrido el Ictus. Es una secuela poco conocida, pero frecuente y que puede alterar notablemente el proceso de recuperación de la persona afectada.
El paciente no se da cuenta que el Ictus le ha dejado secuelas, ignora los problemas (motores, cognitivos, emocionales o conductuales) que leha generado la lesión. Y tampoco tiene consciencia de la repercusión que estos tienen en su día a día. Se siente “como siempre”.
Una persona con anosognosia frecuentemente negará sus limitaciones y las justificará por qué que ya no realiza determinadas actividades, por ejemplo, “yo puedo conducir perfectamente, pero no me dejan hacerlo”. También es muy habitual que tenga unas expectativas irreales con respecto a su recuperación.
Si presenta déficits cognitivos (déficits de atención, pérdida de memoria, …) o conductuales (irritabilidad, conductas infantiles, apatía, desinhibición, …) que son más difíciles de identificar, es frecuente que justifique sus limitaciones diciendo por ejemplo que la actividad le resulta una tontería o que no se lo han explicado bien; y si son alteraciones conductuales por ejemplo “me enfado porque me estás atacando”.
Cuando la persona afectada piensa que está perfectamente y que no tiene ninguna secuela o déficits como consecuencia del Ictus,será muy difícil que se sienta motivada parallevar a cabo la rehabilitación necesaria y no se dejará guiar por los profesionales, ni aceptará los consejos de su familia. Igualmente se pondrá objetivos poco realistas que pueden poner incluso en riesgo su salud.
La familia juega un papel muy importante. Es fundamental que se le explique bien, que los familiares comprendan esta alteración y que no se trata de conductas intencionadas.
La intervención con estos pacientes estará dirigida a hacer que conozca lo que le ha pasado, cómo funciona el cerebro y las secuelas que presenta. Estas estrategias pueden no ser fáciles porque suponen un impacto emocional para la persona afectada, puede sentir tristeza, frustración, miedo, …. Pero sentir estas emociones es algo imprescindible para a asumir la realidad y poder iniciar el proceso de recuperación, tener mejores resultados y lograr una mayor calidad de vida.
Reyes Valdés Pacheco
Psicóloga Ictus Sevilla
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