DÍA MUNDIAL DEL ATAQUE CEREBRAL
Una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida.El 29 de octubre es el día mundial del ictus, una enfermedad que padecen 130.000 personas al año en España y que es la primera causa de muerte entre las mujeres. Julio Agredano, presidente de la asociación Freno al Ictus cuenta su experiencia personal.Â
CADA PERSONAS SUFRIRÁ ICTUS VIDA
 Una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida.
"Un fuerte latigazo, como si me metiesen amoníaco en los oídos". De esta manera tan gráfica describió la actriz Silvia Abascal lo que sintió al sufrir un ictus en 2011. El 29 de octubre se celebra el día mundial del ataque cerebral, tres días después del día de los daños cerebrales. La importancia de la fecha la marca el hecho de que el 95% de los casos de los DCA (daños cerebrales adquiridos) sean por ictus.
En España, son 130.000 las personas que sufren la enfermedad cada año y su tasa de mortalidad es del 30%. Como ejemplo, basta con observar que la suma de todos los tipos y casos de cáncer al año no alcanzan la cifra devastadora de los ataques cerebrales. Aunque existe un dato más preocupante: una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida.
Los síntomas de la enfermedad pueden empezar por un simple hormigueo en el cerebro o por un dolor insoportable de cabeza, aunque los indicios más evidentes son la falta de expresividad en el rostro, la incapacidad para hablar y el relajamiento muscular de alguno de los brazos o de las piernas. Para detectar el problema se recomienda seguir el protocolo 'fast' donde se le pide a la persona que sonría, que levante los brazos y conteste a alguna pregunta.Â
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Los ataques cerebrales han sido asociados tradicionalmente a personas de avanzada edad, pero lo que pocos conocen es que un 25% de los casos corresponden a individuos menores de 55 años. Pero no todo son malas noticias. El 80% de los ictus son prevenibles.
En la actualidad, existen seis factores de riesgo: la hipertensión, el colesterol, la vida sedentaria, la obesidad, el tabaco y el alcohol y, por último, la diabetes. "Debemos de comprar las menos papeletas posibles. Es decir, si no fumo ya tengo tengo sólo cinco posibilidades de sufrir un ictus. Si además mantengo a raya el colesterol rebajo las probabilidades a cuatro, y así sucesivamente...", explican desde la asociación Freno al Ictus.
Dos ictus en 10 horas
Julio Agredano, de 43 años, exdirectivo de una multinacional con una gran presión en su puesto de trabajo, hipertenso, 103 Kg y 240 de colesterol sufrió dos ataques cerebrales, aunque nunca pensó "que le fuera a tocar él". Natural de Madrid, Julio se encontraba de vacaciones en una casa rural en la provincia de Asturias. Un ambiente relajado, nada de estrés y mucho aire puro. Nada hacía presagiar lo que le ocurriría aquella noche calurosa de agosto de 2011.
La oscuridad tomó el protagonismo en el cielo estrellado de la siempre bonita Asturias y en el cerebro de Julio. "Antes de dormir sentí un hormigueo. Mi mujer insistió en ir a Urgencias, pero yo no le quise dar mayor importancia. Me acosté tranquilo, pensando que al día siguiente me encontraría en perfecto estado", afirma. Error. A la mañana siguiente el hijo de Julio corrió a despertar a su padre "como cada mañana", pero en vez de su sonrisa se encontró un ser inerte e inexpresivo. "No podía hablar, no tenía fuerza en mis brazos y mis piernas y sentía un intenso dolor de cabeza. Perdí el conocimiento y mi mujer llamo a la ambulancia. Luego supe que el hormigueo de la noche anterior había sido otro ataque", asevera Julio.
"A mi mujer la dijeron que no saldría adelante"
Las siguientes horas transcurrieron como si todo fuese un mal sueño. Sus recuerdos se nublan y no tiene conocimiento de lo que le ha pasado hasta diez horas después del fatídico episodio. "Tuve que escuchar frase de los médicos a mi mujer en las que afirmaban que no iba a salir de ésta, o que iba a quedar muy deteriorado", explica Julio.
Ya han pasado cuatro años y Julio se encuentra "casi recuperado". Afortunadamente los malos presagios no se cumplieron y no sólo ha conseguido esquivar la muerte, sino que es un hombre "completamente nuevo". En la actualidad, pesa 72 Kg, sus niveles de colesterol y de tensión se encuentran estabilizados y ha cambiado la silla de su despacho por la lucha activa para dar a conocer los ataques cerebrales a la población a través de su asociación Freno al ictus. "Podemos bajar las cifras si llevamos una vida saludable. Faltan altavoces e información de prevención. Sólo se acuerdan de nosotros el 29 de octubre", se queja...Â
La bicicleta, su salvaciónÂ
Después del ictus llega la rehabilitación. Horas y horas de ejercicio físico y mental "que no sirven de nada sin voluntad". Las consecuencias que acarrea un ataque cerebral pueden ser físicas o cognitivas. "El físico es mucho más fácil de recuperar. En mi caso el deporte jugó un papel fundamental en mi recuperación. Está bien que un enfermero te lance una pelota y vuelvas a coger tono muscular, pero al final te aprendes el ejercicio y sabes a dónde va a ir dirigido el balón. Todo es muy previsible", explica Julio.
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Es precisamente el factor de la previsibilidad lo que le impulsó a realizar un deporte fuera de sus horas de rehabilitación. "Comencé como mucha gente: saliendo a correr, pero arrastraba demasiado la pierna y me caía con frecuencia. Luego probé la natación y me descubrí que con el calor y la presión del agua sufría muchos dolores de cabeza. Un día salí en bici con un amigo y fue ese día cuando supe que había encontrado mi deporte. Al principio, me sujetaban el manillar porque en muchas ocasiones perdía el equilibrio, pero puedo decir que la bicicleta fue mi salvación", espeta Julio.
"El deporte es un gran altavoz para la enfermedad"
Lejos de quedarse en un simples paseos por el Parque del Retiro, Julio decidió que era hora de dar un paso más, no sólo en su recuperación sino en la publicitación de la enfermedad. "Me di cuenta de que el deporte no era sólo una forma saludable de vida. También es un gran altavoz. Por este motivo, decidícrear un equipo junto a Mammooth, Scott y la Fundación Marazuela y nos presentarnos a la 'Titan Desert', una carrera que requiere un gran esfuerzo para completar los más de 600 km por el desierto. La presencia de personas conocidas como Óscar Higares en nuestra formación sirvió para dar a conocer el problema de los ataques cerebrales en España", remarca Julio.Â
En definitiva, sería conveniente comenzar a tomar más en serio a una enfermedad que cada año padecen 130.000 personas, pero que sin embargo no despierta tanto temor como el que pueda causar un cáncer de mama. Las autoridades deberían de dar el primer paso y comenzar a concienciar a la gente de que el ictus se puede prevenir, y sobre todo dotar a todos los hospitales de una unidad en sus emergencias llamada Código Ictus, "En la actualidad sólo existen 56 hospitales con estas unidades en servicio. Yo, por suerte, estuve en un centro que sí la tenía. Si no hubiera sido así, igual no estaría contando mi historia", sentencia Julio.
Fuente: estrelladigital.es